miércoles, abril 26, 2017

El mismo rumbo, caminos distintos

La ausencia de las letras en este blog son causa del abrumador ajetreo con el cual la vida se ha desbordado últimamente. Son tantos cambios, conflictos, transiciones, dolores, alegrías, carencias y esperanzas en tan pocos meses que por más que el deseo de escribir estaba presente, no más no abríamos una página, una entrada, o una libreta para dejar salir las cosas.
Sin embargo he aquí este intento por empezar de nuevo a comunicarnos con todos y dejar constancia de toda esta transformación interna y externa del Perro de Nadie, osease yo.
Comencemos por el cambio de nombre. Donde el Olvido, aquel lugar tan hermoso y lúgubre a la vez que habite por años cada que la vida no era buena conmigo, ese rincón fue donde nos refugiábamos a escribir, a leer, a ver películas, a escuchar música, en fin, a retroalimentarnos el alma para continuar. No lo niego, el Olvido era la depresión del no saber que hacer, la angustia de no tener rumbo, la neurosis del dolor presente por las pendejadas cometidas cotidianamente. Y todo giraba en ese entorno, música que hacía llorar, filmes que reflejaban lo complejo de uno, libros que les daban la razón a los problemas, y letras que eran el espejo de todo eso. Sí, fui feliz algunas veces en el Olvido, pero era oscuro, al final eran las sombras.
Hoy la vida es completamente distinta, después de estar en este pozo profundo del cual espero salir pronto, ya nada se ve como antes. Algunos le llaman seguir madurando, pero es un termino muy romántico, prefiero decir que es uno menos pendejo, pero pendejo aún. Como dice la rola del Cuarteto de Nos "ya sufri, ya eludí, ya huí, ya asumí, ya me fui, ya volví, ya fingí, ya mentí", ya es tiempo de caminar con pasos menos titubeantes. Hoy ya la vida no me asusta como antes, ya no deseo ilusiones ni me aferro a lo que no fui. Hoy es momento de vivir el aquí y ahora con toda la energía que da el amor, el amor por mis hijos, el amor por mis padres, el amor por seguir respirando, el amor por este pobre mundo que se acaba tan rápido. Hoy ya no se trata de olvidar, ya no se trata de seguir huyendo del pasado, ni cerrar los ojos al futuro. Hoy se trata de vivir  la vida en pantuflas.

Bienvenidos de nuevo, sírvase lo que guste, sáquese los zapatos, siéntese y conversemos.