Sr. Espino:
Gasto letras en esta carta no por el
simple interés de abonar a su efímera fama, dado su posturas que le
tienen hoy de la mano del Sr. Peña Nieto, las gasto con la intención de no dejar
pasar estos hechos, y dada la plática que sostuvimos en el año 2010 junto con
otros compañeros, ahí por los rumbos de las barrancas de Santa Fe, hablarle de
frente como en ese entonces y decirle la
gran desilusión de verle hoy sumado a un proyecto como el del candidato del PRI
a la Presidencia de México. Pensé en llenar los espacios con ideas y argumentos
que salieran de mi hoy constante desilusión por el bajo perfil que la clase
política muestra día con día, “ya no pueden bajar más” pienso, pero de pronto
la nota es usted pidiendo el voto para el PRI, por eso mejor transcribo algunos
párrafos de quien sabe cómo se siente la incongruencia de los que en algún
momento enarbolan ideales humanistas:
“Y después dejaron de ser pujantes, declinaron su agitación
y su potencia, abandonaron la inspiración inicial y fueron, o volvieron, a escuchar
la música seductora del poder, del dinero, de la fama o del placer. Y ya vacios
de ilusiones en la suave mediocridad, opulentos en el desprestigio de sus
incongruencias, los que antes tuvieron hambre de servicio a un propósito superior
o sufrieron el dolor de la injusticia social no se atreven ahora a reconocer
sus miserias para reivindicarse y pedir perdón con la humildad que enaltece a
quien reconoce sus muy humanos yerros. Pusilánimes, ofenden con disimulo a
quienes les confiaron sus esperanzas.
…
Esos individuos que se volvieron condescendientes,
colaboracionistas, cómplices silenciosos de lo que una vez combatieron, ahora
son arrogantes como cisnes, mansos como palomas y prudentes como serpientes. Sepultaron
sus ideales y abandonaron el honor, valor supremo que dignifica y enaltece al
ser humano. En su frivolidad indiferente al humanismo que clama por compromiso
de almas gigantes, algo negociaron por paladear un plato de lentejas, o
simplemente perdieron altura de miras, se volvieron ciegos para no ver la
magnitud de su soberbia.
…
Por esos personajes suele generalizarse la insultante
opinión de que todos (en la política) son iguales. Por gente así, a la
primavera de los ideales que dignifican la vacación humana se anticipa el
invierno que congela la esperanza. Quien aún tenga sensibilidad en el alma
puede escuchar la voz de su conciencia y, mientras haya vida, corregir con
honestidad y recta intención.
…
Conscientes de que la dignidad se gana o se pierde, los que
enamorados de un ideal paladeamos entonces lo amargo de la ingratitud de la
política para poder saborear la dulzura del fruto del humanismo de Acción
Nacional, al paso del tiempo y ya
cerradas las heridas, podemos regocijarnos en la satisfacción de haber
sepultado un pasado que no deseamos volver a recorrer…”
Son palabras suyas, plasmadas en su libro “Señal de Alerta”.
Donde también lanza una advertencia:
“…pretendo alertar sobre la posibilidad de que,… Manlio
aproveche la fuerza que se le ha concedido desde el Gobierno Federal para
influir en la elección de los candidatos a Diputados Federales por diversos
partidos, pasa asegurar una mayoría legislativa en las elecciones del 2009,
preludio de la elección presidencial.”
Sorpresa, Manlio sigue ahí y en el mismo lugar, y con la
misma gente (como dice el cantor popular). ¡Qué cosas verdad!
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